Brindis Carrera de Trabajo Social

Les compartimos fotos del brindis del día 31/03/2023 antes de la Jura y el discurso de la colega Carla Jové, quien se graduó con Honores.

Cuando me convocaron para poder dar este discurso me encontré frente al interrogante que tantas veces me hicieron en los más variados ámbitos de mi vida: por qué elegí estudiar una carrera de sociales, específicamente Trabajo Social?

Para esto tengo que remontarme un poquito más atrás, a la figura de mi abuela.

Ella fue una mujer boliviana, llegada a Buenos Aires aproximadamente a sus 25 años. No pudo acceder a ningún tipo de educación escolar, por lo que era analfabeta. Según sus relatos dispersos y entremezclados entre sí, puedo reconstruir que trabajó desde sus 12 años y gran parte de su juventud como empleada doméstica, tanto en Bolivia como en Argentina, a lo que ella llamaba con disgusto el «ser una sirvienta”. Esto continuó hasta que se casó con un hombre con el que formó una familia heteronormativa nuclear y patriarcal. En pocas palabras, podemos resumir que su vida estuvo atravesada por desigualdades estructurales y la vulneración de derechos humanos básicos.

Por qué traigo a colación la historia de mi abuela?

Porque por medio de ella y su historia aparecieron distintos elementos y personajes en mi vida y la vida de mi familia que hasta ese entonces no había conocido.

A mis diez años pude contemplar la verdadera materialización de los derechos de mi abuela, que eran tan necesarios de reivindicar luego de una vida tan sufrida y sacrificada.

Ella fue parte de la población destinataria de políticas sociales que cambiaron su (y nuestras vidas), como lo fueron el que ella pueda acceder a una jubilación y tener por primera vez en su vida su propio ingreso, ya siendo una persona mayor; u otro ejemplo igual de importante, el poder acceder a un subsidio habitacional para su casita donde finalmente encontró independencia, paz y felicidad.

Frente a estos hechos es que vivencié la presencia del Estado, junto con sus profesionales que desbordaban vocación y quienes tenían capacidades de acción por medio de la implementación de las políticas públicas del momento.

 Esos fueron algunos de los hechos que calaron fuerte en mí y que fueron decisivos (de manera consciente o no), que hicieron que me encuentre con el llamado de la vocación por el servicio guiado por las ansias de buscar un mundo en donde todas las personas puedan gozar del cumplimiento de sus Derechos.

Así es como “caigo” a estudiar una carrera en una universidad pública (como dirían algunes), acá en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, eligiendo Trabajo Social, confiando en que encontraría herramientas para contribuir a la transformación social, de ser parte del cambio social.

Es en esta facultad que encontré el lugar para formarme tanto como profesional  como persona, pudiendo ejercer el Derecho a la Educación, y no cualquier tipo de educación, sino a la educación pública gratuita y de calidad. Porque acá se entiende a la educación como un derecho que ejercemos en el día a día en cada cursada, en cada texto y materia que engloban nuestros planes de estudios, en cada parcial y final. Que continúan en los debates que se generan en las aulas y el impulso del equipo docente que nos hacen plantearnos y replantearnos constantemente todo aquello que dábamos por sentado, desnaturalizando aquellas cuestiones que tomábamos como verdades absolutas encontrando un fundamento desde una argumentación sólida. Encontramos poco a poco respuestas al por qué de las cosas mediante análisis críticos, que luego se vuelcan en nuestra práctica profesional desarrollándola desde dimensiones estratégicas y prácticas.

Asimismo, este camino es construido desde lo colectivo. Es importante resaltar este hecho que en particular tiene nuestra facultad, atravesamos nuestra formación profesional en conjunto a otras personas, ya que aquí el conocimiento se construye de manera colectiva. Gracias también a cada persona que contribuyó a que hoy estemos aquí.

Hoy me encuentro acá junto a todes ustedes, graduándonos. Frente al interrogante que inició este discurso, me doy cuenta que lo que al principio para mí parecía otra de las vueltas del destino, terminó cobrando sentido en este marco, desde el análisis de lo macro y micro social, habiendo recorrido también distintas áreas y prácticas, centrándome sobre todo en el estudio de la Gerontología atravesada por un enfoque de género.

Este para mí no fue un hecho menor, ya que gracias a esto es que aun sin haberme recibido tuve la increíble oportunidad de formar parte de equipos de investigación y docencia especializados en Gerontología, pudiendo contribuir con las vejeces desde el ejercicio profesional y el desarrollo académico que también es una de nuestras grandes incumbencias profesionales.

Quiero destacar por último la importancia de un Estado presente, ya que de esta manera es que el impacto en la vida de sus ciudadanes se vislumbra desde las formas más abstractas (como por ejemplo, por medio de estadísticas, mediciones y estudios en términos generales), hasta en la concreción de lo que puede ser que tu abuela acceda a una vivienda y jubilación.

Luego de mi paso por esta casa de estudios estoy convencida que mediante el ejercicio profesional es que se puede contribuir al hecho de saldar las situaciones que devienen de la desigualdad estructural que generan precariedad y vulnerabilidad, para mejorar la calidad de vida de la población.

Hoy estamos cerrando una etapa muy importante de nuestras vidas, en este día les llamo a que puedan pensar y repensar en los motivos que les llevaron hasta acá, entender nuestros recorridos y cómo nuestro paso por esta facultad nos ha influido, para continuar nuestros caminos colaborando en la construcción de un mundo mejor

Felicitaciones y muchas gracias.

Carla Jové